miércoles, 7 de julio de 2010

Los buenos modales también se aprecian en Internet

La red de redes carece de normas de protocolo. Todo lo contrario. Basado en la practicidad, el decálogo universal de los buenos modales digitales apunta, justamente, a preservar el espíritu de Internet, donde difundir datos de terceros y escatimar información son rasgos de mala educación. Y ser claro para expresarse y tolerar los errores de tipeo, ejemplos de buena conducta virtual. A ver...

Mientras que, en la mesa, las normas de buenos modales debutaron en el siglo XV de la mano de la realeza europea, la "netiqueta" empezó a imperar en los últimos años, cuando, alterados por las mismas incivilizadas conductas de un creciente número de navegantes, un grupo de usuario de Internet empezó a bocetar una especie de manual no escrito de buenos modales para impulsar la feliz convivencia en el ciberespacio.

Claro está que la "netiqueta" no llegó para complicarnos la existencia con pretenciosas cuestiones de estatus, sino, en todo caso, a impulsar la practicidad, un "bien" cada vez más necesario en la red. Así lo explicita la regla madre del decálogo, que reza: "No moleste al prójimo" (léase, el destinatario de nuestros e-mails o mensajes instantáneos). Las principales propulsoras de este curioso fenómeno son dos mujeres. Y, si de aventurarse al mundo de la "netiqueta" (castellanización del neologismo inglés "netiquette") se trata, la página inicial es

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